El senador electo José María Ibáñez, sigue en el medio de la polémica luego de admitir haber utilizado sus influencias para que tres de sus caseros sean contratados en la Cámara Baja, pero estos nunca prestaron servicio en el Congreso Nacional.
Los tres empleados eran pagados con recursos del Estado por los trabajos que hacían en su propiedad.
El diputado colorado fue acusado por estafa, cobro indebido de honorarios y expedición de certificados sobre méritos y servicios de contenido falso.
Tras admitir el ilícito y ofrecer pagar G. 30 millones, así como hacer una donación de G. 5 millones, obtuvo la suspensión condicional del proceso.
Sin embargo, la dirección del restaurante La Tarantella, de Asunción, comunicó que declaró persona no grata al parlamentario.
El local comercial exigió su renuncia al cargo o, en caso contrario, solicitó que pierda su investidura. ?Este mensaje va para los 79 diputados restantes de todos los partidos?, agregó.
Así también, pidió a los parlamentarios que den el ejemplo no apañando la corrupción y no dando lugar a la impunidad.